domingo, 20 de mayo de 2007

Los palíndromos y algo, y algo más...

Los palíndromos y el arte de la seducción

Por Marcos


Los palíndromos ejercen un poder de convicción sobre aquél que los lee o escucha, siempre que éste se dé cuenta, de que lo son, desde luego. Su perfección, su simetría, hacen que, digan lo que digan, uno siempre se quede pensando más de lo habitual en su significado y en posibles enseñanzas o moralejas para extraer de ellos.

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8 comentarios:

Tito... dijo...

1) Qué te hacés la que posteás en la página principal sólo el primer párrafo y hacés un link al texto completo.

2) Tu amigo es un fuera de serie.

3) Esto se imprime y se vende. O algo así.

4) No creo que nunca, nunca, vuelva a hacer un palíndromo.

5) Suerte en todo. Quizás regrese, talvé no.

Anónimo dijo...

Luciana: gracias por la difusión.
Tito: gracias por la apreciación, pero todos somos fuera de serie, salvo los clones (y hasta por ahí nomás).

Anónimo dijo...

le gustaban los palíndromos y... no era tan gorda!

Luciana Rezzónico dijo...

Tito:
1) Me hago la astuta.
2) Mi amigo es un prócer!
3) Esto se regala
4) Nunca digas nunca
5)¡Volvé!

Marcos:
Esto ya se publicó en algún lado, ¿no?
Tito no será otro invento tuyo, ¿no?

Hombre insensible: ¡estás nominado!

Tito... dijo...

4) Ok. Jamás.
5) Nunca voy a volver. Digo, jamás.

Luciana Rezzónico dijo...

Qué lástima, Tito! Sos muy bienvenido!

Tito... dijo...

Bueno, 'jamás' es una forma de decir...

Anónimo dijo...

Luciana: Sí, se publicó en la Humor y Juegos, no recuerdo qué número.