Los palíndromos y el arte de la seducción
Por Marcos
Los palíndromos ejercen un poder de convicción sobre aquél que los lee o escucha, siempre que éste se dé cuenta, de que lo son, desde luego. Su perfección, su simetría, hacen que, digan lo que digan, uno siempre se quede pensando más de lo habitual en su significado y en posibles enseñanzas o moralejas para extraer de ellos.
Los palíndromos ejercen un poder de convicción sobre aquél que los lee o escucha, siempre que éste se dé cuenta, de que lo son, desde luego. Su perfección, su simetría, hacen que, digan lo que digan, uno siempre se quede pensando más de lo habitual en su significado y en posibles enseñanzas o moralejas para extraer de ellos.
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8 comentarios:
1) Qué te hacés la que posteás en la página principal sólo el primer párrafo y hacés un link al texto completo.
2) Tu amigo es un fuera de serie.
3) Esto se imprime y se vende. O algo así.
4) No creo que nunca, nunca, vuelva a hacer un palíndromo.
5) Suerte en todo. Quizás regrese, talvé no.
Luciana: gracias por la difusión.
Tito: gracias por la apreciación, pero todos somos fuera de serie, salvo los clones (y hasta por ahí nomás).
le gustaban los palíndromos y... no era tan gorda!
Tito:
1) Me hago la astuta.
2) Mi amigo es un prócer!
3) Esto se regala
4) Nunca digas nunca
5)¡Volvé!
Marcos:
Esto ya se publicó en algún lado, ¿no?
Tito no será otro invento tuyo, ¿no?
Hombre insensible: ¡estás nominado!
4) Ok. Jamás.
5) Nunca voy a volver. Digo, jamás.
Qué lástima, Tito! Sos muy bienvenido!
Bueno, 'jamás' es una forma de decir...
Luciana: Sí, se publicó en la Humor y Juegos, no recuerdo qué número.
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