Lo que yo leo es que en esa lista hay algunos a los que, siguiendo este criterio, les estaría debiendo algo de plata. Muchachxs, cuando haga menos frío los invito a comer un asado en Villa Elisa.
Yo no me anoto en esa, porque en mi caso, la mínima dosis de talento o creatividad que en ocasiones me acompaña, se manifiesta mejor en un contexto desescolarizado, libre y gratuito. Pero yo no soy quién para dar consejos: tuve que pagarle a un psicólogo para concluir que la mejor manera de hacerle trampa a mi neurosis es mantener un alto nivel lúdico en sangre.
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